Estoy leyendo un libro increíble que se titula "Economía sagrada", de Charles Eisentstein. Ha sido maravilloso darme cuenta de todo lo que implica nuestra concepción del dinero y de la escasez en términos de las relaciones humanas que establecemos entre nosotros y con los otros seres con quienes compartimos hogar. No voy a explicar todo el planteamiento, pero voy a retomar dos cosas que encuentro fundamentales: la noción de lo "sagrado" y la de "regalo". Cuando decimos que algo es sagrado, nos estamos refiriendo a dos características esenciales: su "unicidad" y su "vinculación": algo-alguien sagrado es único, irrepetible e irremplazable, su valor no puede medirse con categorías finitas; a la vez, está conectado con nosotros, conocemos su historia, está relacionado con el mundo que afecta... Nuestra concepción del dinero y de la economía nos ha robado el carácter sagrado no sólo de las cosas (cuya historia desconocemos y que nada tienen que ver con nosotros) sino de las personas y las relaciones que establecemos con ellas (las consideramos remplazables y no permitimos que nos "afecten").
En cuanto al "regalo"... es algo que damos, que nos dan, sin esperar retribución. En inglés, la palabra "gift" significa "don", así que todos tenemos unos dones (unos regalos) y hemos desarrollado unas habilidades para hacer que nuestros dones florezcan y den frutos, ¿para qué? Pues para compartir estos frutos con otros, con los otros... En esta relación, creamos vínculos, compartimos una historia, restablecemos la sacralidad en nuestra vida y, desde esta nueva concepción, habitamos la abundancia y la gratitud...
Yo estoy comprendiendo que he recibido unos dones y que la Vida desea y necesita que yo florezca y dé mis frutos, que los comparta, que los ponga a disposión de la Vida y de quienes lo necesitan. Sé que soy un ser sagrado y desde el reconocimiento de mi sacralidad, reconozco la de todos y la de todo... Mi concepción está cambiando y mi mundo va cambiando con ella. Para la vida, esta puntada con todo mi amor.
En cuanto al "regalo"... es algo que damos, que nos dan, sin esperar retribución. En inglés, la palabra "gift" significa "don", así que todos tenemos unos dones (unos regalos) y hemos desarrollado unas habilidades para hacer que nuestros dones florezcan y den frutos, ¿para qué? Pues para compartir estos frutos con otros, con los otros... En esta relación, creamos vínculos, compartimos una historia, restablecemos la sacralidad en nuestra vida y, desde esta nueva concepción, habitamos la abundancia y la gratitud...
Yo estoy comprendiendo que he recibido unos dones y que la Vida desea y necesita que yo florezca y dé mis frutos, que los comparta, que los ponga a disposión de la Vida y de quienes lo necesitan. Sé que soy un ser sagrado y desde el reconocimiento de mi sacralidad, reconozco la de todos y la de todo... Mi concepción está cambiando y mi mundo va cambiando con ella. Para la vida, esta puntada con todo mi amor.
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