Sunday, February 21, 2010

Hola mis queridos estudiantes de DAE:
Aquí van 23 títulos que pueden interesarles; si eligen una novela diferente, por favor, cuéntenmelo antes para que yo tenga alguna idea de qué leyeron. Lean y disfruten pensando en todo eso de las "ideas" y las "narrativas" de lo que hemos hablado en clase.

1. Fragmentos de amor furtivo. Héctor Abad Faciolince.
2. Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse, Amanecer.... Stephanie Meyer.
3. La mujer habitada. Gioconda Bellini.
4. Cumbres borrascosas. Emily Brönte.
5. Las amistades peligrosas. Pierre Choderlos de Laclos
6. El calígrafo. Edward Docx
7. De todo lo visible y lo invisible. Lucía Etxebarría
8. Madame Bovary. Gustave Flaubert.
9. El amor en los tiempos del cólera. Gabriel García Márquez.
10. El cielo es azul, la tierra blanca. Hiromi Kawakami.
11. La historia del amor. Nicole Krauss
12. Intimidad. Hanif Kureishi.
13. La mujer justa. Sándor Márai.
14. Mal de amores. Ángeles Marstretta.
15. En diciembre llegaban las brisas. Marvel Moreno.
16. Lolita. Vladimir Nabokov.
17. Parece que va a llover. Ricardo Silva Romero.
18. La edad de la inocencia. Edith Wharton.
19. Alexis. Margueritte Yourcenar.
20. Orgullo y prejuicio. Jane Austen.
21. La soledad de los números primos. Paolo Giordano.
22. Ana Karenina. Leon Tolstoi.
23. Romeo y Julieta. William Shakespeare.

Les recomiendo que se vayan a la librería y lean la información de las contra-portadas para que elijan de acuerdo con su gusto. Eso sí, les garantizo que todas son historias de amor sobre las que vale la pena reflexionar... Hagan esta selección cuanto antes y comiencen a leer. Un saludo amoroso para todos.

HILOS SOBRE EL CUERPO

No puedo afirmar que esto sea "una puntada", porque requeriría saber la forma, el movimiento adecuado, por eso hablo de "hilos", es decir, sobre posibilidades de puntadas.
Es domingo, Jacobo ya gatea y en este instante está sentado con un libro de brujas en medio de las piernas, un libro grande, ilustrado, que él mismo bajó de la mesa de centro de la sala. Hace un par de minutos estaba jugando con las cuerdas de subir-bajar las cortinas porque, al moverlas, hacía sonar un adorno de esos de tubos (no sé cómo se llaman) que me regaló Diana hace años, campanitas accionadas por él... Ahora Jacobo es más dueño de su cuerpo puesto que puede moverse más y alcanzar objetos que antes eran irreales, su cuerpo es ahora un mejor "vehículo", una nave genial que lo lleva cada vez más lejos...
Mientras él descubre el mundo inmenso gracias a su cuerpo, yo estoy leyendo acerca de la terrible esclavitud a la que sometemos a nuestros cuerpos, especialmente las mujeres, por querer cambiarlos por cuerpos "modelo". Debido a los discursos estéticos, médicos, de la moda y de la farándula... hemos dejado de ver nuestros cuerpos como el increíble medio de establecer contactos con los otros y con el mundo. El cuerpo nave, el cuerpo puente, el bello cuerpo capaz de dar lugar a la vida, al placer, a las sensaciones, a la transformación. Cuerpo natural, cuerpo sabio, mi cuerpo y tu cuerpo que danzan, que se tocan, que resuenan, que sudan y sangran, que fluyen y conservan, que crecen y envejecen sin dejar de ser bellos, que acumulan las huellas, los rastros de nuestras historias.
¿Cuándo dejé de sentir mi cuerpo y de percibirlo como ahora lo hace mi hijo? ¿Cuándo dejé de asombrarme frente a las posibilidades que me ofrecía? ¿Cuándo de dejé de saborearlo todo, de tocarlo y olerlo todo porque lo que veía no me daba la suficiente información? Ahora priman las apariencias, la forma como se "ven" los cuerpos; no importa cómo se sienten ni se sientan; en cuanto al olor o al sabor, mejor que no sepan a nada y que huelan a las múltiples fragancias de los productos de belleza.Cuerpos lampiños, perfumados, higiénicos, lisos, delgados al extremo; es decir, cuerpos sin edad, sin historia, sin personalidad, sin gracia, sin carne, e incluso sin sexo... Cuerpos "puros", como las ideas platónicas, cuerpos que niegan la corporalidad y la naturaleza, que sufren porque son réplicas imperfectas de los "ideales perfectos", que no existen.
Mi hijo se ha dado tres golpes en esta última hora, contra la punta de una mesa, contra el borde de la mesa, con el piso de madera... se queja, claro, llora un poco porque le dolió, pero sigue. El dolor le enseña a moverse mejor, a calcular las distancias... El cuerpo nos duele, a veces; el cuerpo cambia, siempre. ¿Qué implica querer negar el dolor? ¿Qué consecuencias nos trae querer detener el cambio en nuestro cuerpo? Sufrimiento, eso es. Sufrimos no por lo real, sino por nuestras interpretaciones de los hechos; sufrimos cuando peleamos con nuestro cuerpo, cuando lo negamos, porque allí está el desprecio que sentimos por lo que somos, por nuestra identidad. Nos negamos a ver nuestra belleza, nuestro poder, nuestra magia. Desterramos el misterio de nuestro cuerpo y de nuestra vida, así que perdemos la capacidad de escuchar las señales, de andar a tientas, de encender, poco a poco, pequeñas luces...
Es domingo, el cielo está despejado y el sol lo ilumina todo. Estoy triste porque extraño mi cuerpo y, a la vez (paradojas posibles de la existencia humana), estoy feliz porque mi hijo me enseña a ver, me recuerda...

Monday, February 15, 2010

CINCO AÑOS DESPUÉS

En febrero de 2005 creé este espacio, este telar. Cinco años atrás elegí la figura de Penélope porque me cautiva su estrategia para abrir un paréntesis temporal, su manera de darse tiempo y darle tiempo a Ulises de regresar. Tejer, hilar, construir redes, vincular, dar forma y figura, mezclar hebras y colores, trenzar... punto a punto, pacientemente: también por todas estas acciones que se relacionan con el tejido-texto elegí a Penélope. Cinco años después, agrego a esas razones dos más: Penélope es una mujer que tiene su destino en sus manos y lo determina; Penélope es la madre de Telémaco y lo acompaña en sus aventuras...
Soy mujer, soy escritora y maestra, soy madre. Alguien que fue mi maestro y murió hace ya unos años, me enseñó que los seres humanos tenemos la responsabilidad de convertir nuestras determinaciones en mediaciones; es decir, convertir nuestras circunstancias en posibilidades. ¿Cómo se hace eso? Hallando y generando el sentido que tienen nuestras acciones en medio de dichas circunstancias. Y hallamos sentido a través de la creación, de la escritura, de la reflexión. Mis circunstancias: ser mujer, ser madre, estar casada, tener 37 años, vivir en Bogotá, ser profesora, ser coach... ¿Cómo se relacionan todos estos "fragmentos" de mí misma? ¿Qué figura conforman? ¿Cuál es su destino (es decir, su lugar de arribo, su fin)? Ahora me hago estas preguntas y quiero hacer de este espacio virtual, espacio telar, una suerte de laboratorio alquímico para transformar metales básicos en oro, para transformar mis determinaciones en mediaciones.