Hace ya bastantes años me operaron los ojos para quitarme la miopía; desde entonces el mundo adquirió una nitidez que me sigue sorprendiendo... Todavía recuerdo la sensación de maravilla cuando me quitaron los parches tras la operación... No me cansaba de VER, las hojas de los árboles, los números de las placas en las direcciones, la letra pequeña de las vallas publicitarias, la cara de las personas que no estaban al alcance de mis brazos... Podía VER y mi alegría era inmensa.
Pues bien, algo semejante me está sucediendo ahora. Pero se trata de otra visión, de OTRA FORMA DE VER. Para mí, eso de Los ojos del Alma no pasaba de ser una metáfora hermosa sobre cómo las emociones se expresan sin palabras. Bien, lo que me está pasando es que estoy VIENDO CON EL ALMA. No puedo decirlo de otra manera, quise, porque me parece un poco pretencioso... Pero es cierto. Y al ver con el Alma, todos y todo se ve luminoso. Y si sólo se tratara de mi deleite ante el amor y la belleza que iluminan todo, pues en verdad no tendría mucho sentido. Los ojos son el espejo del Alma, dice otra metáfora recién comprendida... Porque lo que está pasando es que al VER CON EL ALMA, quien es visto por mi ojos, ve en ellos su reflejo, tan luminoso como yo lo veo.
No voy a decir mucho más, ni mucho menos... Siento como si acabara de salir de la sala de láser, con unos ojos nuevos a través de los cuales sólo me maravillo.
Una puntada desde mi Alma...
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