Esto se oye raro, lo sé. Cualquiera podría pensar que voy a escribir sobre la aparición de vírgenes y jesuses en superficies extrañas (generalmente con mucha humedad), o de sanaciones repentinas o riquezas logradas de la noche a la mañana. No. A los milagros que me refiero son otros. Se trata de los milagros que permiten la risa en un espacio donde no era posible antes, de aquellos que son la bienvenida a las conversaciones amorosas sobre lo que se sueña o lo que se teme, de esos milagros que se materializan en espaldas relajadas, brillo en los ojos, alegría. Milagros que se originan en la escucha y la observación del ser divino que somos. De esos hablo y puedo dar testimonio de varios ocurridos a mi alrededor en los últimos meses. Por esos milagros me siento agradecida y feliz. Bueno, esta fue una puntada corta... Un abrazo.
2 comments:
Es misterioso el post. ¿Estamos hablando de milagros emocionales que se traducen en gestos físicos? ¿O en sentimientos que se escapan por el cuerpo?
si somos divinos también somos diabólicos.
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