Hace un mes que no doy puntada, quizás porque han pasado cosas que me embolataron el dedal... La vida propia o las vidas de quienes amamos transcurren de manera previsible hasta que algo altera irremediablemente esa regularidad y la hace tomar un destino inesperado: eso es un punto de giro, narrativamente hablando. Pues bien, es inevitable quedarse perplejo ante estos hechos, es inevitable mirar la propia vida y "tomar nota", es inevitable el temblor de miedo y de emoción ante lo desconocido que ya no está a la vuelta de la esquina, sino allí, ante nosotros. Y cuando estamos en esa situación nos quedamos sin palabras, yo me quedo sin palabras e intento conjurar el desconcierto cumpliendo con cientos de actividades, vueltas y compromisos que me ayudan a no pensar tanto, que ocultan mi fragilidad ante lo incontrolable. Porque sí, yo soy de esas personas que necesitan organizar el cronograma, que apuntan todo en la agenda, que hacen lista de mercado, que programan las fechas de pagos de los recibos y se inventan estrategias para no olvidar los cumpleaños ni los aniversarios... Los presupuestos y los balances me dan tranquilidad, la anticipación y la previsión me hacen sentir segura... No, no soy tan neurótica ni tan controladora como podría pensarse a partir de estas frases confesionales, pero creo que, como todos, necesito tácticas para no sucumbir al caos. Claro, me gusta sucumbir al caos de vez en cuando, me seduce perder la identidad y el control a ratos, en celebraciones dionisíacas y en trances estéticos, me gusta abandonarme y lo necesito, sí. Pero ese tipo de "descontroles", de "desórdenes", entran en el plan, son las anomalías previstas de la matriz... Las otras, las que de verdad se toman la casa y nos desinstalan, nos desalojan hasta hacernos botar al suelo las agujas y arrojar las llaves, esas son las que trato de comprender con las palabras y aplacar con las actividades... Sin mucho éxito, como he comprobado recientemente. En fin, puntada enredada esta, pero ni modo. Un abrazo para todos.
2 comments:
Action is the Enemy of Reflection
Me encanta cuando te acercas a límites en los que casi, y solo casito, pierdes el control... te fugas, sonríes, sudas un poquitito y luego ya vuelves y te acomodas el pelo y las gafas... en los que, como bien dices, tus precisas palabras se estropean, se acaban, se angustian... Me encantas así.
Y no, jamás la acción será enemiga de la reflexión... es hora de superar esas tonterías! Y tú lo sabes bien...
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